sábado, 16 de marzo de 2013

El libro como un puente


La escritora argentina María Teresa Andruetto
La escritora argentina María Teresa Andruetto, quien en 2012 ganó el premio Hans Christian Andersen -el más importante en narrativa infantil y juvenil -, reivindicó en Bogotá el papel de la literatura para estimular el pensamiento crítico, como "un espacio de rebelión, un lugar de desacato" capaz de hacer que los lectores cuestionen el mundo que los rodea.

Andruetto estuvo en Bogotá, donde participó en el II Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (CILELIJ) . En una entrevista a EFE Andruetto dijo que hay que acabar con la visión "naif" de la literatura infantil y juvenil, y "borrar la rigidez de las fronteras" de edad que, a su juicio, limitan la capacidad creativa de los autores.

"Ese proteccionismo falso hacia los niños, entre naif y decididamente tonto no ayuda para nada al encuentro de un niño con un texto. El proceso de escritura es en realidad un camino hacia uno mismo, ese desacato y rebelión interior es lo que después el lector, tal vez, pueda revivir en el proceso de lectura", dijo.
 
"Yo siempre entiendo el libro como un puente entre dos subjetividades: la de quien escribe y la de quien lee", siguió, y agregó que en América Latina, donde el libro no está presente en miles de familias, "la oportunidad de los niños está entonces en la escuela, que se convierte en el mediador y democratizador de los recursos".
 
Por eso defendió una aproximación a la lectura en la infancia basada en la diversidad y subrayó la importancia de contar con espacios que permitan transitar a los niños por distintos tipos de materiales, libros y formatos.

Andretto ha escrito novelas, cuentos, poemas, obras de teatro y ensayos para adultos, niños y jóvenes. En 2012 recibió el premio Hans Christian Andersen, considerado el galardón más importante de literatura infantil. El jurado destacó su maestría literaria y su sensibilidad narrativa para tratar remas como la inmigración, la injusticia, la pobreza y la política.

"Ese compromiso no lo busco, sucede porque forma parte de mi historia. Yo pertenezco a una generación que cuando era joven vivió un golpe de Estado y una dictadura (1976-1983), todo eso atravesó mis años de formación y se me aparece con un interés muy fuerte en todo lo que hago", dijo.

"Un lector es siempre una persona más reflexiva, más consiente de sí. Eso hace que tenga más posibilidades de preguntarse si las cosas podrían haber sido de otro modo, de no dar nada por sentado y una persona así es también un ciudadano más crítico" aseguró, y defendió la capacidad de la literatura para plantear preguntas complejas. "El pensamiento al que nos obliga un buen texto literario es fundamental en la formación de una persona y de su subjetividad".
 
Por: EFE    
Publicado el: 2013-03-07

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